¿Qué conmemoramos los trabajadores ese día?
– El valor, la lucha y la dignidad del trabajador.
Pero muchos no recuerdan, no saben, no les interesa saber, te quieren hacer olvidar y por eso es bueno recordar esos sucesos.
El 1° de Mayo 1886 se producen en Estados Unidos una serie de huelgas por el reconocimiento de la jornada legal de ocho horas de trabajo decretada por la ley INGERSOLL veinte años antes, la ciudad de Chicago su epicentro. La lucha tiene su punto crítico el 4 de Mayo, conocido como la revuelta de Haymarket, acto de repudio por la batalla campal desatada el día anterior en la fábrica McCormick, cuando en el medio de un acto, la gerencia decide terminar la jornada laboral para permitir el enfrentamiento entre los rompehuelgas y los huelguistas. La policía, como siempre aprovecha y reprime, disparando a quemarropa a los trabajadores. Resultan muertos, SEIS trabajadores y decenas de heridos.
El día del acto, autorizado por el alcalde, en el mencionado parque se produce nuevamente la represión de la policía sobre los trabajadores. En el medio de la gresca estalla una bomba dejando como saldo un policía muerto y varios heridos. Enardecida la policía dispara. Asesina y hiere a un número indeterminado de personas.
Nunca se llega a saber quién puso la bomba ni la cantidad exacta de trabajadores muertos y heridos.
La prensa de Estados Unidos reaccionaría y alineándose con las tesis empresariales. Calificaba el movimiento como «indignante e irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestó que era «lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo».
En el juicio por el atentado se condena a los sindicalistas detenidos a:
- Horca para CINCO TRABAJADORES, incluyendo Albert Parsons, periodista, aunque se probó que no estuvo presente en el lugar y se entregó para estar con sus compañeros, igualmente fue juzgado y condenado.
- Cadena Perpetua para DOS TRABAJADORES.
- 15 años de trabajos forzados a UN TRABAJADOR.
El día de la ejecución uno de los condenados, Albert Spies, grita: «la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Los sucesos de Chicago costaron la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados.
Peleaban por ocho horas de trabajo, contra VEINTE AÑOS de argucias legales para incumplirla, los empresarios, la justicia cómplice los medios y la policía. Trabajaban entre 14 y 18 horas diarias, cuando el patrón lo quisiera y por salarios miserables.
Cualquier parecido con la situación actual no es casualidad; nadie nos regaló nada y el poder siempre está a la espera, para doblegarnos. Siempre tuvimos que luchar por cada logro por pequeño que sea. Los derechos que hoy gozamos costaron la vida de muchos trabajadores en todo el mundo, no los dilapidemos.
Que no te confundan, no somos los trabajadores ni un costo ni un recurso intercambiable o desechable. Tampoco la variable de ajuste para “mejorar la economía”. La jubilación, vacaciones, protección a la maternidad y niñez, derecho a huelga y sindicalización, por mencionar algunos, son derechos y los hemos ganado por la lucha y no por concesión graciosa del poder.
El Primero de Mayo recordemos con orgullo y alegría que somos trabajadores y honremos a todos los caídos por nuestros derechos.
Organización y solidaridad de los trabajadores en pos de un proyecto colectivo
Luis Costa – Secretario Gremial – CePETel