Todos los Primeros de Mayo recordamos la lucha de l@s trabajadores por la igualdad de derechos.
Hoy en el medio de varios conflictos, por nuestro empleo, por las tarifas, por el derecho de la mujer a decidir por su cuerpo y no ir presa por ello, nos vemos inmersos en el medio de una transformación social donde, la masa trabajadora elige a la élite dominante como representante de sus derechos.
Este “aburguesamiento del proletariado” como diría el marxismo viene de la mano de una colonización cultural impulsada por los medios concentrados de comunicación. Vemos como las grandes redes sociales, trafican datos que luego son utilizados para publicidad ya sea política o comercial, sin nuestro conocimiento y cuya consecuencia es que muchos trabajadores supongan que la “élite” va a defender sus derechos.
Una ola liberal arrasa latino-américa apoyada por Estados Unidos y Europa, que tiene como modelo económico la “teoría del derrame” y dos patas “productivas”.
La primera, basada en las actividades agroexportadoras que poco trabajo generan en los países dueños de la riqueza natural.
Y la segunda pata del modelo es el capitalismo financiero, intrínsecamente corrupto, solo trae al país inversiones golondrina (especulativas) interesadas por el pago de servicios financieros, que al tener un tipo de cambio prácticamente inmóvil produce rentabilidades en dólares exorbitantes.
Todo esto financiado con el incremento de deuda externa, que terminarán pagando las futuras generaciones y que hoy lo hacemos nosotros por medio de baja de subsidios, jubilaciones, deterioro los servicios públicos, aumentos descontrolados de precios, y fundamentalmente PÉRDIDA DE DERECHOS Y REBAJA SALARIAL.
Los diferentes “poderes” del estado, como anestesiados, observan el avance de las grandes corporaciones sobre los derechos de los ciudadanos. La Justicia que mira y no ve, las fuerzas de seguridad reprimiendo protestas del pueblo, el poder legislativo defendiendo sus prebendas y no los derechos del pueblo que lo eligió.
En este contexto los sindicatos nos encontramos defendiendo derechos y salarios, sumando los cambios empresariales, pero nada esto es nuevo para los trabajadores, lo pasamos en la década infame, en la revolución libertadora, con los azules y colorados, con el proceso, en los 90 y nuevamente ahora. Los gremios deben encabezar la lucha en defensa de nuestros derechos, no solo sectoriales sino de la sociedad en general.
Lamentablemente y como siempre tenemos “gerentes sindicales” en la cúpula de la CGT, que “esperan” el momento de la defensa. Para el Ministro de Trabajo, tenemos “privilegios” y no derechos y en lugar de equilibrar la balanza entre gremio y empresa, inclina la balanza hacia la patronal de una manera insoportable. No es la primera vez que la línea combativa sindical se separa de la burocracia, la “CGT de los argentinos”, la “Brasil”, y más cercana en tiempo y especialidad, la separación de Foetra Buenos Aires, de la Federación Nacional, o la resurrección del CePETel, luego de ser miserablemente entregado.
Los telefónicos tenemos un compromiso con la lucha desde la primera huelga en 1887, pasando por la histórica de las telefonistas de 1907 (aplastada por la patronal), la de 1919, en el medio de la semana trágica, el primer CCT en 1928, las épicas acciones de la resistencia peronista, el plan de lucha del 1977, con 3000 cesantes, y casi 70 detenidos – desaparecidos, las huelgas del 90′ en contra de la privatización con 45 de huelga, 3000 cesantes y los militares en CIBA tratando de “Garantizar el servicio”.
No somos un gremio que agache la cabeza y si los dirigentes no están a la altura, las bases saben lo que tienen que hacer.
No vamos a olvidar nuestra historia, ni el mandato de nuestros compañer@s, tampoco esconder la cabeza mientras se avanza sobre los derechos adquiridos del resto de la sociedad, este 1° de mayo será de lucha pero también de alegría por todo lo que ganamos, por la historia, por el orgullo de ser trabajador@s, telefónic@s y del CePETel.
Secretario Gremial – Luis Costa